13 noviembre 2008

el viaje...

fué de una manera rápida y poco usual, cuando su cuerpecillo blancuzco dió una estrepitosa sacudida, anunciando con ella que no era uno de nosotros.
pasó mucho tiempo, muchas leguas recorridas, muchas historias contadas, no hubo comida, agua, aire limpio que se le facilitara, su vida transcurría de una forma decadente, sobrevivía con la sola humedad de la tierra, con el aire enrarecido que habia subdesarrollado sus pulmones, no habia algo que lo amedrentara, solo aquella pequeña estrella que sus ojos casi ciegos lograban ver muy lejos, sus párpados casi transparentes le velaban la mirada. no sufrió, de manera que no conocia la pena o el dolor, la tristeza o la indiferencia, era el unico...
poco a poco sus piernas entumecidas, delgadas como un pabilo mojado de sebo empezaron a extenderse, porque yacía todo el tiempo en ese piso, esa tierra húmeda que le impregnaba su color particular, blancuzco, casi invisible, manchado de la humedad misma, como un líquen, queriendo despegarse del suelo o la piedra que lo ha mantenido pegado a su regazo durante años, tal vez centurias, nunca lo sabremos.
por primera vez, sus brazos delgados y huesudos se extendieron, sus ojos no podian ver a su alrededor, pero aquella estrella permitia que hubiera un dejo de esperanza para poder ver su cuerpo casi translucido, humedecido y mohoso. ¿no habia alguien más acaso en ese lugar cerca de él? no lo sabia, porque sus oidos estaban sellados, hubiese podido escuchar, pero tendría que haber alguien o algo que le ayudara quitar el sello mantenido durante tanto tiempo en sus oidos, su respiración era lenta, tanto como para poder estar en ese aire extraño y lleno de humedad durante dias y dias, su cabello castaño, lucía de un color parduzco, apelmazado, no hubo gota de agua que hasta entonces conociera. lo que sabia, unicamente, era que aquella sensación de tibieza que la tierra húmeda le otorgaba era suficiente para mantenerse con vida. no sabia mas allá de si mismo, que podia tocar con sus dedillos flacos y diferenciar texturas: las piedrillas de la tierra, las piedras duras y lacerantes para su piel frágil, aquella piel que le resultaba tan ajena y que era su unico vestido durante su estancia en ese lugar y la sensación tan extraña de aquella humedad que le era un tanto desagradable y un tanto acogedora.
su olfato poco utilizado, se mostraba ultra sensible y reconocia todos los aromas, olores que llegaban a sus fosas, sin embargo no sabia reconocer un aroma o un olor desagradable, simplemente sabia que era un olor, sin profundizar.
Transcurría el tiempo, así, sin saberlo, sin percatarse que existía algo llamado "tiempo", no habia ni dia ni noche, atardeceres, horarios, no conocia nada de eso, solo en ocasiones se extrañaba de aquella pequeña estrella que en ocasiones titilaba, y en otras, simplemente no estaba, no sabia que era, no sabia si soñaba.
extendía nuevamente sus piernas, y su piel se desgarraba, no sangraba, no lo sentía, era algo normal para él... y un momento, sintió la necesidad de incorporarse, de levantarse, aunque no sabia con que se encontraría, que haría... comenzó a estirar sus extremidades para poder salir de ese sopor en el que estaba envuelto.
sus huesos crujían y su piel se estiraba, pensaba en que momento se quebraría su delicado ser, el colapso, que tal sería asi su muerte, como habia llegado a este lugar, con un colapso.
pero su mente comenzo a recordar aquella lucecilla, y comenzó a arrastrarse un poco al principio, después se colocó a gatas, lentamente como si doliera tanto que pensó de momento no seguir luchando, pero aún así, siguió, intentaba gatear, dar un pequeño paso, levantarse, asirse de algo, incorporarse... dejar la tibieza de la tierra le parecia una experiencia extraña, como desprendiendose de algo, pero continuó.
ahora ya le parecia que sus ojos veian un poco mas, que sus manos sentian un poco mas, y sus piernas intentaban levantarse, incorporarlo y hacerlo caminar, avanzar, adelante, seguir sin cesar... lo estaba consiguiendo, apoyó sus manos en una gran piedra frente a él, y comenzó a levantarse como si intentara treparla, por fin se apoyó en sus debiles piernas, y un jadeo salió de su boca, sus manos abrazaban aquella mole helada y dura, no era igual que su tierra, mas suave y cálida.
aún así comenzó a mover sus piernas, un poco a la derecha, y jadeaba de nuevo, sentia que algo estaba taladrandole los talones, que corria por sus pantorrillas y luego por las piernas y rápidamente le picaba algo en su cerebro, aun no sabia que eso era el dolor, pero continuaba en su lucha por ir a la luz.
no supo cuanto tiempo pasó, una hora? un día? tal vez una semana... pero comenzó a ir hacia la luz, lentamente, hipnotizado, con la curiosidad por delante como guía. no escuchaba, no sentía, sólo experimentaba.
Llegó a la lucecilla, su mano intentaba tocarla, pero no lo conseguía, era sólo un pequeño orificio, por el cuál la luz se filtraba, no era mas grande que medio centimetro, y ahí, le lastimaba.
se sentó muy cerca de su luz, y estuvo mucho tiempo ahí, mirandola aparecer y desaparecer, el aroma que respiraba ahi era diferente al del lugar donde habia estado y le parecía que era un olor dulzón, un tanto cálido, como la humedad de su tierra, pero sin el hedor.
Se levantó, tan rapido como pudo, y tocó con su dedo blanco el orificio, y este se hizo un poco mas grande, sin tanto esfuerzo. Le asombró, y decidió seguir haciendolo de cuando en cuando, abriría un poco mas cada que tuviera la fuerza para poder levantarse y asi lo hizo.
llegó el momento que podia meter su mano dentro del hueco, para esto, ya sus ojos se acostumbraban a la luz, veia como su lugar era tan oscuro y lejano, como irreal, y ante él habia otro lugar, el aire entraba fresco y limpio, pero sus pulmones no se acostumbraban a el todavía, entonces tosió, y tosió tanto que escupió algo verde, gelatinoso, su cuerpo se limpiaba!
introdujo su mano al agujero, y sintió algo que jamas habia tocado, no era la tierra, ni las piedras, ni siquiera su piel blancuzca y fragil, casi transparente, era una textura diferente, algo suave, delicado, pero se movió rápidamente.
al darse cuenta de esto, le invadió un sentimiento desconocido, se sobresaltó, y cada sobresalto o esfuerzo, era un jadeo y tosía, escupiendo y sacando eso de su cuerpo. ahora estaba decidido a salir por ese agujero, y poco a poco fué quitandole, piedrillas, arena.
sin embargo, tenia esas ganas de seguir y cuando vió que podía salir de ahí, miró hacia atrás y pensó para si: "vengo de este lugar, no se a donde voy, ni quien soy, pero prometo regresar"
tuvo que escalar un poco, y la luz tan intensa le cegaba los ojos, se arrastraba y la arena seca se le pegaba a la piel, le quemaba, no habia nada, solo la luz intensa, tierra seca, y lejos se veian arbustos, a donde habia salido?

continuará...