No sé que escribir, hoy sólo escucho el mar azotando la playa, en la arena que lo aguanta, la sumisa, la que está bajo él siempre, la que va y viene y se mete al océano, revolotea, se calma, ahí está, ¡la pobre arena! Soportando al mar, - que envidia - dice ella, que sus olas nunca tocará…
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